Me gusta el canto del obrero
cuando acaricia el tiempo
Es un grito que arranca a llamaradas
densas capas de silencio
Me gusta el canto del obrero
cuando con su herramienta
rompe el viento
Es el implacable trepidar
de su conciencia armada de siglos
de dolorosos recuerdos
de sanguíneas gotas de sudor
bajo la férula rígida del amo
siempre hambriento
Me gusta ese canto cuando es digno,
altanero si se quiere
Me gusta porque es un látigo
un vendaval
un disparo sobre las malas conciencias
el apocalipsis de quienes se creen sus dueños
Me gusta el canto del obrero
y lo canto a todas horas
a la luz de la luna
tierna e inocente
o en las mañanas del invierno