No destruyas aquel bosque,
porque ahí está tu cielo,
son árboles que piensan y que sienten,
los mimados de auroras, poetas y aves.
Al sol lo enamoran y circunscriben,
con la gracia de sus ramas verdecidas,
cuna donde se anega el silencio de los pájaros,
tronco donde recitan y trinan por un sueño.
Álamos cantores, caminos y riberas,
pardos ruiseñores, lunas ondeadas,
barro oscuro y dulce, verano de guirnaldas,
descuaje de torbellinos.
Árbol que tejes valles y barrancas,
montañas de ensueños, terrones sin espigas
granadas de mil vientos,
páramos hendidos por el rayo de la codicia.