No sé si fue antes de mí o después, tu chifladura.
Viendo tus erráticas acciones, aún no podemos
hablar de tu locura, pero seguro que lo haremos.
¿Qué eres la Santa? En ello, mi sagacidad abjura.
Usas afeites, plata y turquesa, con poca mesura.
En tu ajado atavío se perfila una manía singular,
esta revela una caprichosa rareza, en tú trajinar.
Tu imagen, con una risa sorda, ven mis pupilas.
Se te fue la lozanía, es posible que, fueras Sibila.
Pudo ser que el dolor, te hizo perder la cordura.
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¡No suelo irme de bruces por lo que no entiendo;
por ello, busco ayuda para ver si te comprendo!