Gracias a la vida por tus ojos que me iluminan,
Gracias por tu sonrisa que me contagia de alegría,
Gracias por saber escuchar mi alma siempre y sin reproches,
Por comprenderme y quererme como soy,
Gracias por tus manos que me trasmiten la fuerza que necesito,
Que con ellas hablas también, que tocan una clave con firmeza y elegancia,
Gracias por tantos y tan buenos momentos compartidos,
Gracias también por cada pena y por arrancar los malos recuerdos,
Pero principalmente, ¡muchas, pero muchas gracias Néstor!
por seguir siendo el gran amigo que eres.
Claudia Alejandra Rentería Garcés