“Contra la ley, . . . villanías.”
En su toma de protesta
juró con el alma puesta
cumplir la Constitución,
las leyes, de la Nación.
No ha cumplido sus palabras
se ha empeñado en pisotearlas,
eso a traición equivale
la verdad que no se vale.
Pues, antier en Cuernavaca,
López, haciendo alharaca,
recordó el “culiacanazo”
aquel sonado fracaso.
Confesó que, él, dio la orden,
violando preceptos y orden,
de que soltaran a Ovidio,
¿con el narco tiene idilio?
Tal testimonio demuestra
que la Carta Magna, nuestra,
le importa a Andrés un tamal,
le dio chance a un criminal.
Contrabandista presunto,
que tristeza da este asunto,
hay que decir, sin embargo,
que Amlo dijo en su descargo:
Que protegió a ciudadanos
para que no hubiera daños,
“salvó” a doscientos humanos
seres inocentes, sanos.
Respecto a esta defensiva,
yo, aclaro, no es optativa
la aplicación de la ley,
“nada encima de la ley”.
Eso no es discrecional,
lo que está en texto legal
se cumple al pie de la letra,
no cabe artimaña o treta.
Ni un civil, ni el Presidente,
nadie, por más influyente,
puede normas violentar,
. . . hay responsabilidad.
Por soltar a un delincuente
que tiene cuentas pendientes,
por no haberlo apresado
mucho menos procesado.
Han pasado, ya, ocho meses
de los citados reveses,
el hijo del “Chapo” libre,
esto es grave no risible.
Quiero pedirle al buen peje
que esta duda me despeje,
¿así, fuera de presidio,
cuánto ha delinquido Ovidio?
Día con día, hora tras hora,
en México, en Sinaloa,
¿produciendo, trasegando,
droga comercializando.
Enviciando a juventudes
de todas las latitudes,
secuestrando, asesinando?,
que me vaya contestando.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 20 de junio del 2020
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