Fernando Endara

LA NOCHE Y TU

Se hundió la noche en el sepulcro

de  aquellos silencios que se fueron  

al centro de la esfera sagrada,

llevando  la risa con el viento  hasta la quimera.


En su final la profundidad se siente,
la voz de las raíces y el soplo de la luna

parten hasta la densa constelación del universo,

el alma resuena siempre con un agravio de amor.

Más, algo me ha empujado desesperadamente
a sentirte a ti en la madrugada de la brisa,
por eso me arrojo a la sombra,
vuelvo entonces a llorar desnudo,

Acudo tristemente a los muros de abeto,

al duro roble, al pino levantado,
a los errantes pasos, al alma solitaria

a esos versos que van dejando los pétalos esparcidos.