Y vas tallando mi alma…
De a poco, como sin querer
Dueña de la enorme oscuridad que me previene
Sin temores ni soledades
Tal vez sin palabras expresadas
Y vas curando mis heridas…
Esas que nunca dejaron de estar hay.
Porque tú haces el milagro, con solo esbozar una sonrisa
O con el toque sutil de tu mano temblorosa
y tu aliento que se impregna como almíbar en mi boca
Y vas tallando mi alma…
Bella artesana, escultora de verdades
Porque apareciste un día a la vera del camino
Y te llevaste sin medida y por completo
Mi corazón, mi razón, mi vida y mis sentidos.
- Rafael Blanco -