Si atestigua cuan cercano a la montaña he de estar
Solamente un suspiro cortante has de entregar
Y las danzas de las ramas agitando tu mirar
Tus pupilas no me obsequies pues las voy a rechazar
El profundo y amargado risco he de olvidar
Mas la aurora colorida he de recordar
Aun presente tu suspiro me ha de empalagar
Con mi arco bien erguido para enfrentar
El metal de las cadenas desasiéndose
Y la espina de la rosa marchitándose
Pero aquel fragmento cristalino sé
Que un día ante mi vida, presentándose
Ya la lucha abandona cuan cansado estas
Y mi esencia en el olvido ya renacerá
Voy hacia los mares, voy hacia el cañón
Solo se que este es nuestro último adiós