¿Dime en qué momento perturbaron tanto tu espíritu para que perdieras tu amor propio? ¿Dime en qué momento tus ojos perdieron ese resplandor a la hora de apreciarte en el espejo? ¿Dime en qué momento tu corazón inició a sentir aversión por tu cuerpo?, dime todo lo que tengas adentro, pero jamás escuches aún badulaque.
Quizás a la hora de observarte en el cristal no te das cuenta de que aquellas rayitas son las olas del mar, que esa grasita no te hace menos gallarda, que no tener una cola despampanante no te hace menos mujer, terso cuello de mármol, pechos de magnífico fulgor que no importa su tamaño o firmeza, solo importa tu amor. ¿A qué le llamas arte? Porque para mí el arte es aquel encantamiento que realizan tus luceros, la nube de caricias eternas, el extenso mar que guías, el mapa de lunares o los desperfectos perfectos que llevas.
Tienes derecho a sentir miedo, ira, tristeza, alegría, asco o sorpresa; nunca trates de cambiar quién sois realmente, porque aquella persona que llegará amarte escribirá versos en tus heridas para así convertirte en un poema.