Miguel Angel Garrido

CANCIÓN DE LLUVIA

Cuando la tarde abraza las paredes

y las baldosas de las casas,

mientras

entre nosotros el tiempo camina

seguimos vivos, juntos todavía.

 

Pero aquí, al otro lado de la noche,

se encienden los pasillos de las tiendas.

Son diferentes las llaves, las puertas

en el jardín del tiempo.

Estas horas

que casi siempre aplasta la memoria

ya forman parte de ti,

solitarias.

Son como heridas en el corazón

o como un sueño en noche de resaca.

 

Y cuántos bares falta por ver,

gente

en el espejo de aquella nostalgia

de antiguas casas, de ciudad humilde.

Silencios por las luces y la música

manchados,

donde solo un beso escapa

al importuno del viento reciente.

 

Hoy las persianas en la madrugada

no aceptan la huella blanca de tu cuerpo.