Cuando la noche cierre tus ojos y tus sueños como los míos reposen en la almohada… aún soñaré enamorar tu alma. Ya no hablo de ver aquel deseo en tus labios ni de que regrese aquel amor en tu mirada, hablo de algo más profundo alojado en tu ser, porque reconocer el error hace al sabio, porque la temida soledad es peor cuando llega de la mano inesperada… quizás peor aún la soledad acompañada. Me duele ver tristeza en tus ojos… y me duele, me duele verte tras esa encrucijada hoy que todo duele… hoy todo engaña. “Hoy dejo tu corazón libre para los que aman” Quizás un tonto acomodado anhela regresar a un pasado, cuando no tenga valor ni para liberarlo. Un acomodado viendo la vida pasar, con mil escusas conformadas... y la vida pasa, el tiempo no espera, condicionado por escusas infranqueables para cobardes. Como marioneta inerte de vida propia… al antojo de los sueños como hilos rotos, cuando al alba despertaran. (De Alberto Gimenez Porcar)