Esos percances cuando vas de salida:
El cielo chispea, el café está con vida,
el minutero acelera su paso
hacia el frente, resuelto y sin retraso.
Y tu paso trivializa el momento
cuando hay baches resueltos en la brisa,
entonces tu ojo extravía su abscisa
y tu mano extravía mi mano, me temo.
Y un tibio abrazo del sol mañanero
que estira su lomo a primera hora,
abraza cual cortero, y me abrazó ahora.
Luego nos encontramos frente al espejo,
mirándonos los ojos, como consejo,
implacables, creyéndonos incompletos.
Martin Blythe
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ne m\'oublie pas