¡Ay, Rosa Violeta, dueña de empresas de cosméticos, dueña de muchos deseos y de muchos corazones sin amor!. Rosa Violeta una joven llena de sueños y la heredera de todo cuando su padre le deja todo como herencia y legado por un trabajo arduo e incansable labor. Rosa Violeta vá de rumbo hacia un viaje de vacaciones, cuando su padre tiene que realizar vínculos comerciales con el internacionalismo. El importar y exportar comercialmente sus productos le daba un aire de grandeza, yá que sus productos tenían una exquisita preferencia en la venta y compra del mismo en el comercio y en el mercado. El padre de Rosa Violeta un empresario distinguido sólo sabía de una cosa de que su hija quedaría a la deriva del amor inocente y puro y tan verdadero como poder amar sin interés alguno. Porque él, el padre de Rosa Violeta sabía que tenía pretendientes no por su naturaleza de hallar el verdadero amor sino pretendientes que acechan la fortuna del padre de Rosa Violeta como principal interés. Y Rosa Violeta sólo se dedicó a viajar y hacer de un rincón un nuevo destino en su vida. Si Rosa Violeta, se formó su presencia y más su personalidad en un camino frío, pero, con un sólo destino fabuloso. Y se vió aterrada cuando pasaba el tiempo y ella sólo corría como el ademán frío y por una sola verdad tan limpia como el alma llena de luz. Y ella lo tenía todo y así, su alma llena de luz y de descendencia autónoma de creer en el alma llena de esa luz y tan condescendiente como el mayor desenlace de creer en el final de su existencia como algo prematuro de vaticinar y era permanecer en la soltería de siempre. Cuando en su vida no perdona ni una sola traición ni mucho menos el pecado de una mentira y más a un frío dentro de su cuerpo como lo era no amar a su corazón como se debía de creer. Si cuando en el altercado frío se murió muy dentro de su alma una luz, y era esa luz con que brilla el sol en el mismo cielo, como cuando amaba ella, supuestamente. Y era superficial o artificial amar con demasiado ímpetu o con tanta vehemencia, cuando en sus celos de mujer quiso amar, pero, quedó desértica la razón, cuando pasaba la vida y con ella la edad y no hallaba a ningún hombre que se enamorara de ella y no por su dinero, sino por el valor sin desdoro en el alma. Y Rosa Violeta quedó en soledad en la vida, pues, el rumbo y la dirección sólo se esmeró en saber que los sueños se hacen realidad, pero, su alma sólo se abastecía de una sola soledad y tan desesperada como lo era la vida por hallar amor. Porque cuando entre los sueños y la débil atracción de ser amada quedó como órbita lunar atrapando una sola soledad entre escombros de soledades cuando no encuentra amor alguno. Cuando en el alma requería de luz y de más insistencias autónomas de creer en el desierto mágico de ver el sol en su camino, pero, no lo vé, sino que siente lluvia y más que eso un diluvio o un aguacero sin poder ver la luz del sol en esa cruel tempestad. Cuando en el alma se da como el mismo sinónimo del amor, y era una vehemencia pasional de un amor en cada recóndito de su propio corazón. Cuando en el alma llena de luz y de conmiseración alguna, se dió como el reflejo de un sólo mal porvenir cuando se siente como la alborada o como el mismo instante en que se cuece el amor en cada latido del corazón de Rosa Violeta. ¡Ay, Rosa Violeta!, si ella se siente como la rosa que ama, a pesar de que el tiempo y el amor y el interés le jugó una gran partida, cuando sólo la aman por su bendito dinero y no como ella quería. Cuando en el silencio se abasteció de calma y de poder sentir lo más suave del delirio frío en el alma, cuando la insistencia caló muy hondo entre ella y los hombres que la buscan por su bendito o maldito dinero. Y es Rosa la que ama, la quiere amar y entregarse a la vida misma, cuando sólo ardientemente está el corazón para amar, pero, no, no ha llegado el afortunado o el hombre más pasional de la vida para amar a una mujer como Rosa Violeta, la rosa que ama. Cuando en el interior de su cometido realizó lo más querido de su vida, amar hasta quedar extenuada por el amor o por la pasión. Cuando en el momento de entregar el coraje a amar sólo se electrizó la forma más vehemente de realizar lo inconcluso en saber que amaría totalmente. Cuando en el embate de querer amarrar la vida, se entregó como toda pasión en el amor, pero, en el alma quedó como el delirio delirante de hacer pecar el amor, en contra de todo y en contra de la nada, cuando en el instinto se abrió de deseos y por amar lo que más quiso en el alma, cuando entre los celos de su propia alma se debió de creer en el mayor desenlace si amará o no la Rosa que ama. Cuando en el imperio de todo se llenó de deseos buenos cuando encontró a un amor, pero, era otro más que quería su bendito o maldito dinero. Cuando en el trance de la verdad y de todo se da como el mismo dolor en saber que no amará jamás en su vida. Cuando en su trance de la verdad, no quiso más saber que el destino terrible o tan furioso como una tormenta o una cruel tempestad. Cuando en su vida sólo se vió acorralada, atrapada y feamente sola y en una sola soledad en que el destino es frío como la tormenta o como el frío invierno. Cuando Rosa la que ama, la que decidió creer en el amor a ciegas y a costa de la verdad de un amor inocente, impoluto y verdadero, sólo ella Rosa Violeta debió de creer en el amor pasional que la vida misma da a quien lo busca y a quien quiera amar. Cuando en el momento inocuo se da como el deseo o como la mayor parte de la vida misma, cuando en el imperio de todo se versifica el amor en una prosa clandestina y de un suburbio autónomo de la única verdad. Cuando en el trance de la verdad se siente como el único amor en el alma, cuando se siente tan universal como las mismas estrellas en el firmamento brillando y haciéndose fugaz cuando caen del cielo. Cuando en el único momento se siente como el delirio más efímero de creer en la pasión efímera cuando en el trance perfecto se siente como lo delicado de un todo. Cuando en la noche se enciende de madrugada solitaria y en creer amar pasionalmente se edificó la conmiseración de saber que en el trance de ver en el cielo una vez más un corazón en pleno cielo. Cuando en el deseo y en el mal porvenir se acerca como el mismo final fatal de saber si a Rosa la aman en verdad.
Y el padre de Rosa Violeta, la consciente en todo, como es hija única y por saber que todos los pretendientes que ha tenido la muchacha han sido interesados en su dinero y no en su amor, ni en su corazón, sólo la mantiene despierta ante cualquier Don Juan que se le atraviese en su camino y más en su vida y que la haga sufrir. Cuando en el amor sólo quedó como un instante de querer amar el amor, pero, no quedó más que un corazón mal enamorado, y siendo un desastre sólo en el combate de creer en el amor sin ser como el destino fabuloso e inerte como el mismísimo amor. Cuando en el trance de ver y de observar el destino fue como el ir y venir en el mismo tiempo en que el desastre se siente como el pasaje vivido. Como cuando en el instante se da como el primer mal deseo de ver y de sentir el naufragio dentro del mismo coraje del corazón. Cuando en el mal instante debió de atraer el amor en el mismo corazón, cuando dudó de amar y en ser amada. Cuando en el rumbo automático de la espera y tan inesperada se fue Rosa Violeta por donde el tiempo nace y se vá el reflejo del sol en el cielo añil. Si cuando en su corazón no hubo tiempo ni conmiseración alguna para detener el alma y el corazón en un sólo amor. Cuando en el trance de la verdad se edificó el rumbo hacia el nuevo instinto cuando en el ocaso se destruyó todo como el nuevo instante en que debió de atrapar el mal deseo de ver el cielo como poder dibujar a su corazón en el mismo cielo. Cuando en la vida se enamoró de la verdad de que nunca tendría un amor sin interés alguno. Cuando en el corazón se alteró la forma y la cruel osadía de creer en el alma devastada cuando quedó derribada en el amor por tanto amor interesado. Como el mal desastre de creer en el amor desinteresado de poder ver el cielo y a su corazón de un rojo vibrante de querer en el alma como una verdad efímera. Cuando en el alma se abasteció de calma dando dolor al alma y al corazón desnudo de frialdad y tan friolero es el tiempo, como el mismo mal desenlace. Cuando en el tiempo y el mayor enredo se abastece de miedos el mismo corazón por amar con interés dejando inerte a la razón y no a la locura por el amor en el corazón. Cuando en el alma se da como pasaje de la vida misma, cuando en el tiempo y no como el mal desenfreno se siente como el mismo instante de creer en el amor a ciegas y sin interés alguno. Cuando en el alma se siente como órbita lunar atrapando la mala osadía, en querer amarrar el mal desenfreno de creer en el convite de amar lo que irrumpe el destino. Cuando en el perfecto amor sólo se dejó llevar por un amor en que ella Rosa Violeta creyó en ser y tan verdadero como el principio de un todo, pero, no fue así. Cuando en el alma quedó como una luz descendente, el cual, se sintió como petrificar un mal amor interesado en el interior mismo cuando en el combate de creer en el alma enamorada se sintió como atada y con un sólo mal interés. Cuando en la mentira cruel de amar a Rosa Violeta por su bendito o maldito dinero, y no por un sólo error en querer amar lo que le dió en venga gana y con o sin interés. Cuando en el trance de la verdad se hiere el alma con un sólo amor atrapado en una sola razón, cuando en el alma se siente como el mismo instante en que se debió de aterrar la mentira de ese amor mal interesado. Cuando Rosa Violeta creyó en el mal desenfreno de un amor con total veneno y en contra de un sólo rencor cuando en el ámbito de la verdad se amó claramente y evidentemente en contra del dolor inocuo, pero, con un amor interesado. Cuando el amor atrapado creyó en el mal desenlace y en un mal infortunio cuando creyó en un convite de ver el cielo de tormenta y de gris instante cuando en el amor era tan interesado. Cuando en la vida de Rosa Violeta creyó en el amor a ciegas cuando en la alborada creyó en el instante en que se da como el pasaje de ver el instante cuando en el momento se entrega como el mismo amor y tan clandestino como el mismo trance de lo imperfecto. Cuando en la alborada se siente como el mismo sol, cuando en el tiempo no acabó cuando en el tiempo, se entregó como el vaivén de querer amarrar el trance de amar. Cuando en el instinto se siente como hoja al viento, volando lejos y tratando de ver el cielo lejos de la verdad. Cuando en el vicio de ese amor, Rosa Violeta, se siente como el principio de un todo, cuando ocurre el mal desenfreno de vivir y sin más amor que el tiempo. Cuando en el ocaso es dolor como el funesto instante de creer en el convite de hacer del amor como el mismo momento. Cuando Rosa Violeta se entregó a la razón perdida de ver el cielo como magia trascendental por una mala creencia en saber que el destino era así como el camino y tan frío como el haber sido amada con interés. Cuando en el convite de todo y por todo se le va la vida a Rosa Violeta. Cuando en el trance de lo perfecto ella Rosa Violeta amó intensamente a un hombre, el cual, era igual como su padre. Si era la rosa la que ama sin contemplación alguna cuando en el altercado del amor se aferró en la conmiseración de un instante en que se da como el ir y venir lejos dentro del ocaso y por un flavo color.
Continuará…………………………………………………………………………………...