Lux de Marie

Décadas de un poeta

Triste verdad la que me aqueja
No nací para poeta!
Las letras me seguían
Según dicen los de antaño
Yo jugaba con ellas
Ellas dulces declinaban para mí
Con un breve jeroglifo infante
Juntaba letra a letra según las aprendía
Y las entregaba al amor de ese entonces
Ahora, sólo un verbo o dos en mi cabeza
Presuntuosos coquetean 
Se rinden ante el deseo
De deshacerse ante mí
Perplejos y agonizantes
La verdad triste que me aqueja
Ronda el agua dulce de un ensueño
Las palabras que eran dulces y atentas
No volvieron a ser mías
Retomo el arco de su desierto y de sus bosques/
Para soñar que aún me quieren
Aunque no me acepten el cortejo
Aunque no acepten que las quiera
Las escriba y las domine
Las palabras todas tan cortantes
Triste verdad la que me aqueja 
No nací ni viví en éstas décadas
No nací para poeta
¡No pude escribirte ni un poema!