Veo esa niña enseña su voz con la lira
que a todo sordo quiera escuchar:
y lo hace con gracia, nadie se puede enfadar,
ni tan sólo la Vida con su viento de Ira.
No canto porque no tengo instrumento
mi voz caída por el diablo patógeno(*):
que no seré ganador ni el cielo próspero
hasta que la niña cante su movimiento.
\"¡Enséñame a cantar!\"-le digo a la criatura.
Me mira cariñosamente...pero se esfuma
en un humo de imaginación y hondura.
\"¡Enséñame a cantar!\" .Silencio. Se suma
el viento con la trompeta de la muerte:
la esperaré. Y algún día, espero volver a verte.
(*)= Infeccioso, perjudicial.
NACHO REY