Guardo mi diario como oro en paño,
en la biblioteca de mi retentiva,
que palabra a palabra, cautiva
a mis días, mis meses y mis años.
¿Que sería yo sin mi diario?
la nada sería mi vida,
allá donde todo se olvida.
y Don Blanco, es el propietario.
Aunque no seas un libro, hoy,
ni de vivencias escritas, fuente,
tus páginas las lee mi mente,
y relucen lo que yo soy.
Ya es tarde para escribirte,
con doradas letras, puras,
y cubrirte con tapas duras.
ya no necesitas vestirte.
José Antonio Artés