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**~Novela Corta - La Rosa que Ama - Parte III~**

Y Rosa Violeta sólo viajó por el mundo con la directriz de su padre, cuando sus productos eran la certeza de creer en la gran ganancia superflúa del mismo. Sólo Rosa Violeta se entristeció tanto en que sólo el gran desenlace se dió lo que más temía al ser horrorizada por tanto y por nada. Cuando en el embate de la vida se dió lo que más se electrizó en el alma, cuando en el coraje de creer en la luz se negó a aquel dolor inconsecuente. Cuando en el alma, hasta en el alma se sintió como el dolor negro del alma sin luz. Y ella, Rosa Violeta se encrudece por tanto y por más en que el delirio se convirtió en un sólo frío cuando en el alma sólo en el alma se abasteció de cría y de insolvencia autónoma de criar en los momentos un inocuo y mal deseo. Cuando en el color del alma, se llenó de dolor y de negro dolor, cuando en el alma se llenó de dolor y de una terrible mala sensación, Cuando en el alma, sólo en el alma se dió como el temor y el miedo terrífico de quedar en soledad y con un  solitario corazón. Cuando en el alma se llenó de ocasos inertes cuando en derredor se siente como el instante y en los celos del alma misma. Cuando en la sola soledad, se siente como el ocaso vivo dentro de la muerte en derredor. Cuando en el momento trascendental se siente como la frustración de creer en el dolor, cuando ocurrió el mal desenlace de ver el cielo de gris tormenta. Si dentro del coraje de ver el silencio cuando en el alma se sintió Rosa Violeta  desolada e imperceptible de horror, de frustración, y de mal dolor, de horror y de creer en el alma a corta plazo. Cuando en el trance de vivir en el inerte momento si en el único momento se electrizó la forma inadecuada de ver el cielo de tempestad. Cuando en jactar el trance se dedicó en la forma real de sentir el silencio en el alma, por su cruel soltería y de no amar a un hombre como Dios manda y con la ley de vida amar y marcharse del hogar a emigrar y hacer su vida como todos. Cuando en el mayor final fatal se electrizó la forma de ver el cielo de azul como todo el mundo, siendo solterona y eficazmente intolerable. Cuando en el alma se dedicó en ser como el mismo convite universal, y deseando amar quedó en el trance imperfecto de la vida. Y queriendo amar quedó la rosa que ama, y sin amar ni venerar lo sucedido se intensificó la espera de creer en lo inesperado de sentir el silencio en el alma, cuando sus ojos se vieron inertes y absortos como en la soltería de ser una solterona sin amor alguno. Cuando en el deleite lo edifica en el combate de creer en el alma y subyugar una certeza real. Cuando en el imperfecto trance se electrizó la forma en creer en el instante en que se debilita la razón y en una sola locura de ver el cielo de primaveras de creer a ciencia cierta lo que es la certeza. Cuando en el convite de ver el cielo en tempestad cuando en lo imperfecto de la nada, se quedó el tiempo como irradiar el cielo con una fría tempestad. Cuando en el ocaso y en el suburbio autónomo de la ciencia y de la astrología y del amor y de un horóscopo no le dice de la verdad a Rosa Violeta de que quedaría y sin amor de un hombre. Cuando en el convite de la realidad quedó como una sola solterona, cuando en el trance de la verdad, se edificó la comarca de cruces en los ojos debatiendo un oscuro dolor. Y no hubo percepción, ni condonación de un pecado, sólo hubo un mal recuerdo el que era como el desenfreno ineficaz por creer en el mal instante en que se encierra el ademán frío. Cuando en el instinto se dedicó en ser como el mismo desenlace final fatal de creer en el amor a toda costa. Cuando en el altercado frío se fue el mal coraje de creer en la mal fracaso y de toda su vida. Cuando en la memoria de un desenlace se enfrío el desierto efímero de creer en el convite autónomo de ver el cielo de tormenta, cuando en el trance efímero de la verdad se creó a toda uan fuerza en el coraje de creer en el desierto trascendental, pero, en el recreo de un todo dolor. Cuando ella, Rosa Violeta se figuró lo malo en creer en el alma llena de pasiones buenas. Cuando en el ocaso desfiguró el cielo y todo por una lluvia inerte y tan fría como el mal desenlace de vivir en la vida una manera y tan fría como el mismo comienzo autónomo de creer en la menor penuria y de un sólo dolor y más en el alma. Cuando en el imperio autónomo y en la sola soledad de Rosa Violeta, se edificó la forma de ver el alma de frío color como el del luto o como el color negro de sus propios ojazos. Cuando en la alborada, se intensifica el sol, como la luz universal de Dios, si en el espejo autónomo de la verdad quedó como el rencor o como el mismo dolor. Cuando en el ocaso se enfrío como el mismo tiempo, en que el desconsuelo se llenó de bondades claras e incandescente como el mismo imperio desatando uan euforia autónoma. Cuando en el embate de creer en el suburbio de la verdad, se dedicó en el frío o en el trance de lo imperfecto cuando en el delirio frío se intensificó la cruel crueldad de vivir y sin un amor. Cuando en el olvido se supo de que el frío condensó en el invierno éste y de ahora el amor en el mismo corazón, porque cuando en el alma se dedicó a la sola soledad cuando en el imperio de sus ojazos negros quedó siendo la rosa que ama. Cuando en el tiempo, sólo se llenó en el alma una osadía de creer en el alma muerta y sin la luz del mismo cielo. Y sí que era ella, la rosa que ama, que en el interior mismo se dedicó en la fuente de espera y tan inesperada la forma de atraer en el fondo de todo la misma luz. Y que aunque no se dedicó en buena forma de ver el cielo sin nubes de tormenta y sin más que las nubes blancas como la luna del nácar y en volver a ser como esa luna desértica que ella imaginaba su forma y su estructura imperceptible e indeleble como el mismo beso de un príncipe, el cual, se enamora de la belleza y del amor, pero, desinteresado como el mismo amor sin el interés del dinero. Y Rosa Violeta lo sabía todo cuando en el trance de la verdad lo requería como lo extraña un amor en el solo amor y más en el solo corazón. Cuando desfigurar en el momento en un terrible instante cuando en el corazón se debía de creer en el amor sin amor y en ser amada como poder amar. 

 

Continuará………………………………………………………………………………………………...