Cae el día en la desidia y se hace trizas,
cada pieza se dispersa en el abismo del despecho,
los fragmentos de este afecto se desploman,
puñaladas que arremeten,
unas ganas que abandonan,
las ideas secuestradas sin aliento,
mis mendrugos arrumacos en tus manos,
mis caricias que se escurren por los dedos,
una historia que se va como la lluvia…
por atajos…
impetuosa en las acequias,
tus fantasmas que me asaltan sin clemencia,
aburrido soñoliento caigo en trance,
duermo un sueño que fenece en los intentos,
y en un tramo de la aurora me despierto…
miro al techo de esta alcoba desolada,
la rutina de un bostezo se conforma,
y aunque inmóvil sigo vivo…
sobrevivo…
aún respiro…
obstinado…
con el alma entristecida…
sin futuro…
agonizante…
desahuciado,
incertidumbre que aún intenta…
perdurar en los latidos de la espera,
aún persisto en escapar del desconcierto de la muerte,
de este incierto sentimiento de quererte…y no verte.