jose l condori c

quiero ser otro

quiero ser otro


Las figuras nocturnas me espantan, 

todas las sombras giran en mi cama; 

ellas son telarañas de otro infierno 

escupiendo  tintas ensangrentadas 

a mis  ojos desorbitados. 

 

Aún más presente en mis rezos matutinos 

que acogen  hirientes  bendiciones

a sombra de la luna deshidratada.


Quiero  volar alto muy alto 

más que el límite de las  pesadillas;

para que ellas, infierno del carbón adúltero

dejen de ser clavos rodeando la sombra de mis ojos 

y pierdan su  amor de cuchillos a mis manos míseras.


Estoy cansado de ser hombre 

cansado de la rutina diaria 

del estrés de los ruidos               

de la ausencia de Dios.


Quiero   ser una vaca                                

              una paloma

              tomar la belleza de un sapo

                                     y no hombre   

                                   y no hombre  

                                    y no hombre

Transformarme una vez que deshoje mi rostro

 una vez que desate mis huesos

una vez que libere mis latidos

de las  hirvientes sombras.

Ya no más rezos caligráficos

 ya no más  golpes de pecho 

ya no más  lecturas imaginarias; 

basta a las fantasías apuñaladas por la realidad 

basta a la realidad nacida del deseo.



Quiero un racimo  resquebrajado. 

Masticar la clorofila desteñida 

pegarlo en mi tacto reprimido

 y moribundo, quizás 

suaviza  mis pasos indelebles.

 


Quiero un espacio al hedor de mi cuerpo

 para escribir la soledad, el silencio

 y el vacío con garúas reprimidas; 

aunque la luna amante rasguen las páginas 

con polvos carnavalescos.

 


Quiero el pacto prehistórico entre el dinosaurio y yo; 

recordar  el lienzo vivo de la sangre en vez de agua

 que se escapa  de mis manos.

 


Aunque quizás de tantos anhelos reprimidos

y pocos alivios al ardor constante de mis venas

quiero quiero ser el mismo,

Yo,  una lagartija relajada al mediodía.   

José L.