\"Algunas veces, se alza el telón
de sus párpados, mudo.
Una imagen viaja hacia dentro,
recorre la calma en tensión
de sus miembros y,
cuando cae en su corazón,
se funde y desvanece.\"
RILKE
Sentada frente al lago seco,
formando un solo cuerpo
con el banco de piedra,
llevaba algunos años
sumida en la laguna del olvido,
impasible ante las desgracias
propias y ajenas,
escudriñando en un ayer
arrojado al ostracismo
por una estéril memoria.
Lo primero en irse fue el lago,
quedándo los cisnes con las patas
enterradas en el barro.
Viendo que el lago no volvía
los cisnes desaparecieron
dejándose las alas olvidadas
entre una maraña de juncos secos.
Ella olvidó la manera de irse
y permació esperando
el regreso de los cisnes
en busca de sus alas.
Por último, también las alas
se esfumaron sin llevarse el vuelo.
y a ella de nada le servía el vuelo
sin alas que lo activen.
Por lo cual siguió esperando
La llegada de algún ave
que pudiera prestarle sus alas...
Una tarde llegó un pajarito y se posó en el respaldo del banco. Amablemente le ofreció sus alas pero eran demasiado pequeñas para permitir volar a un cisne. El pajarito, viendo que no podía servir de mucha ayuda, angustiado, comenzó a cantar una triste melodía. Y fue entonces cuando ella recordó con claridad haber oído aquella melodía que, aún siendo triste, la arrancó de la laguna del olvido y la llevó en un postrero vuelo adonde no se marchitan las flores y los cisnes mantienen las alas tras la marcha de los recuerdos.