Te has ido, es más que obvio.
Pero, ¡vaya forma de quedarte en mi!
En mi torso, en mi cintura, en mi mirada resilente;
En mi reflejo vacio cuando miro al espejo,
En los suspiros consecutivos e injustificados.
Perder la sensatez por tí
Se ha convertido en un mal hábito,
Sin embargo, ¿Que es el bien y el mal?
Si ambos mezclados con tu nombre son éxtasis,
Y yo me convierto en puras ganas.
El bien que causa el sonido de tu corazón en mi alma.
El mal de conservar esta sensación latente mientras invernas en otras sábanas.
¡Vaya forma de quedarte en mí!
Corcomiendo mis añoranzas,
Relatandole al silencio mis versos,
Esperando que mi mente dicte tu pena de muerte,
Y mi corazón imbecil, postergando la batalla.
Te has ido, es más que obvio.
Que masoquista de mi parte, tener este inmenso deseo de volver a verte.
Que absurdo que al escribirte encuentre calma.