José Luis Barrientos León

Querer de las almas

 

La llovizna que esperábamos, como una fábula de niños

Para correr por el campo, entre briznas de hierba

El corazón que se agita, a la espera de la caricia

y tu, con tus ojos de niña, iluminando los sueños

 

Pareciera que los pinos alcanzan el cielo

Y sobre sus copas de aromas hace nido el querer

De los corazones unidos en un solo latido

De la libertad que nos lleva a la entrega entre flores

 

Querer de las sombras de tu cuerpo y el mío

Fundirse en abrazos que provocan gemidos

Querer de las ansias que pronuncian los nombres

De los amantes desnudos que incendian inviernos

 

Querer de las manos aferrarse a la luna

Para llenarnos de insomnios entre sábanas blancas

Derramando caricias sobre pieles ardientes

Envueltas en anhelos de pasión y deseo

 

Querer de los ojos inundarse de aromas

Sumergidos del verde de virginales montañas

Donde arden las venas como ríos de lava

Y la tierra germina con tus fluidos y besos

 

Querer de las almas acercarse a la boca

Multiplicar las palabras, eternizar los susurros

Musitando orgasmos, renovando promesas

Y en un soplo de vida, en un único aliento

Agitar los espacios, inquietando al viento

Cuando tu alma y la mía, se revistan de eterno.