julio dominguez

No me sueltes.

Regálame tus manos

¡Que me acaricien, siempre!

Tus manos suaves y lisas,

Puras como el agua.

Tus labios,

Bésame con tus labios

Dulces como la miel,

Llenos de vida;

mas vibrantes

que los terremotos,

Abrázame y bésame.

Todas las noches y todos los días

Y todas las horas

No te separes de mí ni un instante.

Entrégate a mí y ámame,

Hasta quedar exhausta,

Después de eso yo, te seguiré amando;

Moriremos de tanto amor,

Nos desvaneceremos;

Mi corazón se fundirá en tu piel

Y seré, siempre, una parte de ti,

¡Soy tuyo!

¿De quien más podría ser?

               

                               Julio Domínguez Aragón