Cuando todo el mundo se vaya
y nos quedemos los dos solos
entre copas medio vacías trayendo historias sin contar.
Sintiendo la felicidad de saberte alli, mía, amada, soñada.
Al filo del amanecer, sin disculpas ni afanes, robando los minutos de la noche que termina.
Eres la tibia almohada, la manta que me llama a arroparme y a despertar a ti abrazado.
Se van los momentos deslizándose entre los dedos
Entre mañana frías y solitarias donde tu recuerdo todavía me. Abraza.
Jercent