Cuarto día de aquel momento oscuro y desolado; y hoy, el día tercero anhelando levantar el teléfono y escuchar de nuevo tu voz, recibir tu bendición con un buenos días Henry, espero estén bien como nosotros lo estamos.
Me sigue causando tristeza, otro amanecer y no estás allí, aún me cuesta trabajo entender que tarde o temprano algo así iba a suceder; no me resigno a la idea de que ya no te escucharé más, que la semana pasada fue la última vez, y que no habrán más de ti, notas tempranas.
Este será mi último mensaje, y quizás mi último escrito para ti; más no el olvido, la última prosa con tristeza, las últimas letras con lágrimas saladas, más no el último momento que escribo con el alma rasgada, te haré notar y sentir siempre contando tus anécdotas, fueron muchas y siempre las recuerdo hasta cuando no pienso en ellas.
Trataré de ser lo que fuiste en casa, no estoy, pero me esforzaré, aunque como tú, me cueste un poco, no podré darle el brillo que tú le dabas, pero créeme, le dejaste a mi madre un cariño hermoso; ya con esto me despido, agradeciendo el recorrido que desde mucho tiempo estuviste con nosotros.
Henry Ruiz
30 DE JUNIO 2021
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