Raul Gonzaga

De aquí hasta la eternidad

¡Cuán te extraño, vida mía!
dueña una de mi amor,
le arrebataste el dolor
a esta alma en agonía;

la llenaste de alegría,
más allá de su candor,
al mostrarle su valor
libre de melancolía;

la colmaste de ternura,
de íntima felicidad
y una perenne locura;

eres mi vida y verdad,
inolvidable aventura
de aquí hasta la eternidad...