Gaviotas volando sobre el arrecife,
espesas fragancias flotan sin arreglos,
y arrojo reseñas en cenizas sobre el eufórico mar.
Cuéntame frente al vacío de la cima dónde te escondes... alegría,
cuéntame aquel poema que escribiste con pluma de plata,
cuéntame las estrellas en aquella noche,
en que puse sobre mi piel....
nada más que delirios,
cuéntame entre páginas quemadas por el tiempo,
y léeme en las horas estupendas que anhelaba al llegar el alba en el sendero.
Cuéntame y volveré a ser el niño
escondido en la guarida de ilusiones,
susurraré entre miradas angelicales
y esperaré a que me cuentes desfilando entre ensueños y caricias verdaderas.
Me seguiré contando a mí mismo,
hasta cruzar la línea delgada del crepúsculo,
y volaré y cantaré como el errante jilguero.