Entre rezos y diademas
hoy escribo este poema,
como un relicario que sereno
reposa entre mis manos.
Al compás de una canción,
es la luna y su gran pasión.
En las noches, se refleja
en su espejo, el mar.
Y su luz, como un destello
en tu camino, llega hasta ti,
para iluminar tu destino.
No hay pensamiento
tan sólo olvido,
dos almas y la noche,
la luna…
no tiene reproches.
Un relámpago en el tiempo,
y un punto de luces
entre el cielo y el universo.
Una estrella fugaz y un cometa,
que en sus noches con la luna sueña.