Un beso en la mejilla
y el gozo de una cerveza.
Cuando estamos solos
y hablamos de nosotros
qué ganas de ver juntos el mundo
exclamamos al unísono.
Sucede una vez en nuestro tiempo
que no concuerda siempre
con los deseos personales.
Esos recuerdos en común
no son tampoco presa fácil.
¿Tan largo es el camino
a la encrucijada
donde confluye nuestra sangre?
(Nacer hermanos no garantiza
fraternidad alguna.)