Antier la vi de nuevo, la blusa aquella que ocupe en nuestra primera cita.
Escuche las risas y las preguntas absurdas de ese día ,ese tonto jueves que ilusiono a mi corazón.
La tome y pensé por un momento que podría acostumbrarme a ella,
pero recordé como también se me hizo costumbre tu cariño, que al final solo fue algo efímero.
No volveré a ocuparla, supongo que no es natural que una prenda te haga un nudo en la garganta.
La donare asi como tu lo hiciste con el sentir que tenias hacia mi, lo donaste.