Fueron días enteros en los que creía que
una lágrima no derramada a su tiempo
terminaría por fenecer.
Qué tonto fui
Noches como las de hoy
donde ningún dolor presente me aflige
los fantasmas del pasado me perturban
Me gritan, me atemorizan
Me roban la felicidad.
¿Qué es lo que me pasa?
Que a falta de un sufrir,
Mi mente revuela por mi pasado
Buscando heridas que creía haber sanado
Me roba la felicidad, me asfixia en el pecho
Me priva del sueño plácido
Y me devuelve a ese sentimiento de miseria
Al que tanto pavor le tengo.
Es una lágrima que jamás floreció
Eso es
Una memoria que nunca sanó
Un abrazo que solo en sueños se materializó
Cargada a cuestas
Cual roca que talla la espalda
Y hace la subida mucho más forzada
Y ahora, lo entiendo…
El corazón posee su propia memoria
Más allá del tic-tac del reloj
Aguardando el momento para emerger
Es que he aprendido
Que una lágrima no derramada a su tiempo
No se va
Mora en el alma y se hace perfecto hogar de espectros
Una lágrima no derramada hincha el pecho
Aflige, duele, y
En los momentos más insospechados,
Te tortura con su silencio
Ahora entiendo por qué mi felicidad
Que recién comienzo a conocer
No termina de asentarse del todo
En todo mi ser
Es esa lágrima, apresada, que pide
Ser liberada la culpable,
Ahora entiendo que una lágrima sin florecer
Envilece la tierra donde ha de nacer la futura felicidad
Por eso hoy, me he decidido a dejarla ser libre
A permitirle emerger
Y recoger sus frutos
Que después de todo no son tan malos,
Porque de mi llanto han nacido estas letras
Que son tierra de cultivo y abono para mi futura felicidad
Gracias lágrima por mostrarme la grandeza de ser frágil
Y cuán necesario es no apresarte entre barrotes
Porque eres la mejor labradora de un campo de felicidad
Y perdóname, por haber sido tan ingenuo
Y haberte restado importancia
Pensando torpemente que te marcharías sin conocer mi rostro
Cuando ahí aguardas, paciente y tierna
Al momento de florecer y alivianar las cargas del alma