122 dias de congojas
Retornaste a tu cielo, mi amor.
Mi alma se paralizó a esas 17:35
de aquel fatídico 2 de marzo.
Nuestra lucha terminó
y el amor se fue contigo,
me dejaste recuerdos de la vida que acepte vivir,
cuando llegaste a mi,
con el único propósito de robarle al mundo,
la felicidad oculta;
lo logramos muchas veces,
reímos a carcajadas,
nos abrazamos con fuerza,
dormimos plácidos,
despertamos atentos, vivos, espectantes.
Tu compañía me hacía fuerte,
sabía que si me derrumbaba,
tu me cargarías a la cueva del lobo,
para sanar mis heridas.
Nunca pensamos en morir,
juntos nos creíamos inmortales,
pero te fuiste,
sin que yo lograra evitarlo.
Oré por ti,
lloré mi desdicha,
me aferré a tu cuerpo exánime,
no quería entender que tu vida se me escapaba,
mi tristeza se mantiene hoy,
122 dias después de tu partida,
no encuentro mi paz,
sé que estarás bien,
mejor que en este mundo infame,
pero solo aprendí a vivir contigo
y es muy complicado aceptar que no estás.
Cada mañana te saludo,
despues de agradecer a Dios por el nuevo día,
te confieso mi amor una vez más
y te pido ilumines mi existir,
mi nuevo mundo,
como sobrevivir ahora que no estás;
compongo las flores del pequeño altar,
que como punto de encuentro,
arreglé cerca del sofá,
testigo de tantos momentos de alegría,
pero también...
donde reposabas la noche del 24 de diciembre,
cuando te sumergiste en las sombras
y ya jamás volviste a estar.
Los recuerdos me acongojan,
se que debo seguir,
como lo habíamos planeado,
pero las fuerzas me faltan,
mi café no sabe al tuyo,
mi lecho se mantiene frio,
como la muerte que te arrancó de mi lado;
cada amanecer prometo seguir viviendo,
pero llega la noche y miro al cielo,
esperando el carro de fuego,
halado por unicornios celestiales,
que me lleve de nuevo a ti.
Pero no llega y no llegará
hasta que quizá vuelva a sonreír,
como te gustaba que lo hiciera,
porque desde tu lugar,
me regalarás la vida y la paz,
que siempre me diste,
mientras eras mi leal escudera.
Ron Alphonso
2 de julio de 2021