Mañana nueva
del año que comienza,
dos mil veintiuno.
Aquí seguimos,
pequeños y mayores,
con los poetas.
También nosotros
ansiamos poesía.
¡La precisamos!
Hay tantas cosas,
ocultas en los versos,
que descubrimos.
Voces de madres,
consejos de la abuela,
¡la vida misma!
Pero también
se esconden las plegarias
y hasta las lágrimas.
Rimas sin norte,
latidos presurosos
y sin control.
Y es que el amor
pervive en los poemas.
¡Rejuvenece!
Mañana nueva,
destila poesía
un año más.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/21
Un nuevo año y un nuevo día. Quizás al revés, primero el día y luego el año, pero siempre volviendo atrás a mirar esa poesía que se escapa, que nos envuelve y que nos atrapa, a las personas sensibles, a las que siguen teniendo el alma de niños y a las personas que viven y añoran la infancia sagrada y de la que no quieren separarse nunca.