Urquiza

CIUDAD ASESINA

Tan solo un instante

y vuelco lentamente

la herida que aun ha quedado

de aquellas batallas

en la que la ciudad me sometía

aquello era fuego y sin remedio

combatía mi tierno costado

para enfurecer a la bestia silenciosa

que del barro vino

y en el barro ha de morir.