Hoy después de muchos días de no pensar más que en el dolor que me está causando mi país he vuelto a pensar en él.
Y no es porque no lo recuerde, no es porque esté enfermo o porque no está ya tan solo sino porque sentir como se va muriendo este ser con los minutos es tan duro que ya no me cabe sino el dolor en toda su extensión.
Sé que voy de la mano de Dios por este duro camino, de mi Madre y de mis hermanos que amo tanto pero ver como el organismo se va extinguiendo y la impotencia es igual de dura, de extensa.
Pero no estamos solos los enfermos terminales como él y yo y tantos al sol de hoy con la pandemia que nos ataca sobretodo a los más maduros y sabios de este mundo ...es que nos extrañamos mucho cuando vamos en el mismo banco a lo Titanic y aunque haya distancia extrema el anhelar la compañía es tan cierto como real.
Lo que un día ambos quisimos y soñamos no será pero en nuestras almas persiste el cariño que nos unió y esa sensación de soledad que nos abarcaba no muere por más que pasen los días y los dolores.
Hoy pienso en él, en su dolor y su pena que parece eterna como la mía y salen mis lágrimas sin medida porque sería menos doloroso este vacío si ambos nos pudiéramos acompañar ..si el cariño es cierto como lo somos los dos es verdad también que un día nos veamos en ese lugar que ambos soñamos con tanta esperanza.
Nos encontramos un día en medio de la soledad y el dolor ...un día nos iremos juntos y eso ya es un pacto de amor que la lejanía no romperá.
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A mi Velero.
Extrañarte es mi diario respirar.
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Dolores Luna.
Julio 2. 2021.
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