Una Luz aguardada ultima las tinieblas toscas
abriendo un hueco benigno en las altas cumbres
como si la tóxica lava no matara ya ni unas moscas
tachando sentencias impunes de volcánicas lumbres.
La impiedad espejo de los perversos aún campea
concediendo el fraudulento disfraz de las sinecuras,
oxígeno tubular al endèmico pulmón que sigue en pelea
cuando solo el milagro promete ser vía única de las curas.
La Vida Multitud arrima exhausta dolores y pasión
en el mortecino campo de lacrimógenos magnetismos,
pero ¡oh! la Cruz herida santifica el humano bastión.
Graduales se calman los descensos a los hondos abismos
y aquella beatífica Luz besa los días y noches testimonios:
fugan derrotados por un tiempo,veleidosos los demonios.