Bien sabe Dios que estoy hecho para soledades y penas
Tú, mi tristeza, dulce compañera, amiga fiel y silenciosa
De tantos días.
Es cierto, que te echo de menos, incluso, cuando te soy infiel
Con alguna carcajada furtiva, con ese abrazo infantil o en una cumbre blanca.
Mi lealtad hacia ti, ¡Oh dama negra del alma! Es tal
Que siempre tendrás tu sitio, incluso cuando tu rival la alegría
Decida visitarme por sorpresa.
Abuelopepe 2021