“Te vi, y quedé fascinado por tus ganas de vivir.
Te vi, y quedé fascinado por tu gran vitalidad.
Quisiste con toda tu alma vivir en libertad
Quisiste poseer la felicidad eterna, pero deberías de haber sabido que esto era imposible.
Odiabas horarios fijos,
Odiabas una vida de rutinas,
Y por esto te lanzaste, desnuda, a la vida,
Querías sentirla, verla cara a cara,
Sin máscaras, ni hipocresías.
Hiciste lo que realmente quisimos hacer todos, pero no nos atrevíamos, nos callábamos
Nuestro orgullo, nuestra vanidad nos impedía hablar de verdad.
Marisa, para mí, sigues viva todavía, en mi corazón, en mi memoria, en mis actos.
Viviste experiencias dolorosas, agradables,
conociste mundo.
Te enfrentaste a todos y con todo, y nosotros admirábamos tu valor.
Pero, valiente chica, lo único que te venció, lo que nos vence a todos, fue el destino implacable,
fue la muerte.
En tu corta edad, viviste experiencias que muchos ni en cien años vivirían,
Por esto te queríamos y te admirábamos,
querías conocer, saber, comprender.
Luchaste por tener una vida propia e independiente
Luchaste para que el monótono horario de una oficina no te atrapará.
Marisa, acuérdate de que todavía nos falta una cita
Y, que cuando nos veamos,
reiremos,
cantaremos
bailaremos
lloraremos
cuando llegue la hora, espero verte guapa, luciendo tus mejores vestidos, y,
reiremos
cantaremos
bailaremos
lloraremos.
Te quiero, como te quisieron con toda el alma, todos los que estuvieron a tu lado,
Aunque, a veces, ellos no supieron comprenderte
Solo quisiste ser tú misma,
Ser LIBRE,
ahora lo has conseguido
Marisa, nos volveremos a ver otra vez,
y acuérdate de que todavía tienes una cita conmigo
y, cuando nos volvamos a ver:
Reiremos
cantaremos
bailaremos
lloraremos “.