Sigo sin entender esta jugada del destino, coscorrón de titán puñetazo saca aire,
más de medio año tirado en la zona más áspera del suelo,
me dio golpes eficaces y golpes bajos al cuello aferrado con ojos a punto de reventar por ira.
Paliza tras paliza me pregunto cómo he aguantado tanto: ¿seré muy resistente
o fui hecho para recibir impactos?
Ya me apodan el moribundo,
he visto mi sangre fuera de su cuerpo tan inocente y colorida, no a servido pedir clemencia, usé el llanto y el arrepentimiento.
es como si el destino supiera que yo fui quien provocó que su corazón se tornará frío,
me duele el cuerpo,
me duele el alma saco de carne y huesos cayendo en la reyerta barranca,
¡que desdicha! el mayor castigo es sufrir en vida.
Y aquí estoy de las extremidades atadas...
desnutrida dignidad, sudado, noqueado, torturado, burlado; vergüenza me da mostrar mi semblante, casi pero no,
sujeto a mis últimas esperanzas.
Jhonnatan López Aguilar©