Sigo sin entender esta jugada del destino, coscorrón de titán, puñetazo saca aire,
más de medio año tirado en la zona más áspera del suelo,
me dio golpes eficaces y golpes bajos, al cuello aferrado con ojos a punto de reventar por ira.
Paliza tras paliza, me pregunto: ¿cómo he aguantado tanto?, ¿seré muy resistente o fui hecho para recibir impactos?
Ya me apodan el moribundo,
he visto mi sangre fuera de su cuerpo tan inocente y colorida, no ha servido pedir clemencia,
usé llanto y arrepentimiento.
Es como si el destino supiera que: yo fui quien provocó que su corazón se tornará frío.
Me duele el cuerpo saco de carne,
duele alma, huesos,
cayendo en barranca reyerta,
¡qué desdicha!, el mayor castigo es sufrir en vida.
Y aquí estoy de las extremidades, atado...
¿Qué es autoestima?, desnutrida dignidad, sudado, noqueado, torturado, burlado; vergüenza me da mostrar mi semblante, no, pero, sí,
sujeto a mis últimas esperanzas.
KalameetSauce ®