ORACIÓN PARA UN FINAL
Señor, tú que haces que
El mundo ruede por el cosmos infinito
Como una bola de billar
Día a día, año tras año.
Tú que decides que nazca una tojosa en Azerbaijan,
O un pingüino en la Antártida.
Que con solo soplar haces que las matas de mango
Se llenen de flores en febrero Y que la lluvia de abril
Refresque los cañaverales.
Tú que tienes potestad sobre los puentes,
Los ríos, las cuevas,
Y las mil revoluciones que mosquean
La historia de la humanidad.
Por ti que brota sin fin,
Esa sensación de pureza
Que puede distinguir una sonrisa
De un desengaño,
O un pecado natural
De la maldad infinita.
Tú que afinas tu poder sorprendente
Para crear el rabo de un lagarto
O un trino del pico del sinsonte.
Que enredas las hiedras a los muros
Y dibujas con tu pincel
La burla chistosa de un payaso esquinero.
Tú que puedes hacer ladrar a un perro,
Relinchar a un caballo,
Crecer la hierba en las praderas,
Y poner pulmones en un cachalote.
Señor, omnipotente, jefe sin par
De las truchas, las tiñosas
Y los reptiles más espantosos del planeta.
Te pido de todo corazón
que al caer la próxima noche fría
de este mundo,
tengas piedad por:
las putas
los mendigos
los ladrones
los locos
y los asesinos.