Alma grande con camino de sal
lleva su justicia el juguete de paz
un deseo de gala nada criminal.
Dios como guía sin ningún disfraz.
Buscando siempre la Verdad
por el sendero más incómodo.
El viento arrastra todo monólogo
bravío,campana de gran movilidad.
El hombre de Dios anda famélico
por el imperio su desnuda pequeñez,
un hombre solo,valeroso y auténtico.
Llevó su patria a la más pura madurez,
¡Dios estaba con él en toda su acción,
ni balas tampoco atravesaron su corazón!