Podíamos haber sido de todo y escogimos lo más difícil...
Podíamos haber tenido un amor como el de Romeo y Julieta, con un final un tanto menos trágico claro está.
Podíamos haber sido amantes adolescentes y despedirnos para recordarnos con nostalgia por la eternidad.
Podíamos haber escogido separarnos cuando la rutina y la costumbre se mudaron a nuestra casa.
Podíamos habernos herido y odiado hace muchos años, decirnos adiós para siempre y hoy reencontrarnos.
Podíamos haber escogido, pero elegimos sobrevivir al tiempo, trascender a las necesidades, a los conflictos, formar familia. Elegimos crecer, construir mil veces desde cero, recoger pedazos de nuestros corazones y volverlos a juntar.
Podríamos haber vivido felices el uno sin el otro, pero escogimos perdonar nuestros errores, abrazarnos en los fracasos. Acompañarnos en tiempos de lluvia y de sequía.
Escogimos y aquí estamos...somos como el junco que se dobla pero no se parte.
Elegimos y aquí vamos retando al futuro, desafiando al tiempo y los pronósticos.
Podíamos haber sido cualquier cosa...pero elegimos lo más difícil, caminar por la vida juntos y seguirnos amando.