Ben-.

El pesar de la noche-.

Iba tragando estrellas

absorbiendo el pesar de la noche

cuatro lagartijas de cola dura

sobre una pared desmantelada

reciclaban el viejo hábito, el corazón

del árbol. Oí un grupo solitario,

bajo árboles detenido, sospechas,

supuse, de algo claro y glorioso.

Escuché sus delicados gemidos,

sus estupendas escopetas de papel

dormirse bajo el cielo raso, aquella

noche, crepúsculo inmediato.

Observé entre la maleza

sus relámpagos sencillos

luz altanera y pasiva

de goces superfluos y neutros.

Vi en la pared de entonces

detenerse la fiel lagartija, su nebulosa

de patria y cemento

habría acabado con el grupo de estrellas

silenciosas.

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