La certeza no siendo cierta
ocupa la alegría de los pueblos
en ocasiones inciertas
hace temblar los anhelos.
El romper de cadenas
esas del verdugo inquieto
suprimiendo las condenas
que casi lo tenían muerto.
Cuando la nación levanta
sus ideales consagrados
con gritos en la garganta
a nadie espanta los vicios degradados.
El dolor de las penurias
en fuerzas se han transformado
convertidas en valquirias
luchan con decisión denodado.
La fuerza de millares
produce el cambio esperado
desde las montañas a los mares
resuenan los ecos ilusionados.
En la paridad de humanos
las ideas van transformando
con femenino estandarte en sus manos
la ley va por las calles flameando.
Un batallón prevalece
con ánimo libertario
sin dejar razas ni clase
dejan sus páginas para el anuario.