El amor es una droga purísima;
al mar me arrojo para ofrecerte lo mío.
Alcanzaré la muerte
con los ojos abiertos un día...
Y será todo tan perfecto
como siempre lo ha sido,
brillarán encima las estrellas
del universo infinito.
Todavía pienso sin embargo
en lo que hubiese sido
y cargo con la duda
mientras se me nublan los caminos.
Estoy hundido y en letargo
durmiendo el sueño de los caídos
después de acumular batallas
y pasar a cientos por mi filo.
Paseemos juntos
alimentando el fuego de nuestras vidas
hacia el lugar secreto
que siempre nosotros solo supimos,
allí tendremos la paz servida
fortaleciendo el vínculo
que nos hace uno e indivisible
paciendo los sentidos
por el paisaje en armonía.