Me entregaste tu piel para mis labios
Para pronunciar las palabras a media noche
Que rozaban el alma con tu aliento
Dejando sin espacio a la distancia
Me entregaste tu piel para mis manos
Para darte el sentido a la mañana
Acariciando el alba con susurros
Al roce de tu voz de madrugada
Me entregaste tu piel para mis ojos
Para escribirte prosas en la cintura
Para llenar la mirada de esperanza
Al contemplar tu figura en la ventana
Me entregaste tu piel para mi gusto
Para liberar los jazmines prisioneros
Estremeciendo las nubes con tu aroma
Derritiendo los hielos de la entrega
Me entregaste tu piel para mi alma
Escribiendo la vida que me falta
Liberando mariposas y cigarras
Y llegar a la quietud sobre tu pecho
Me entregaste tu piel para mis ansias
Como gaviota angelical gritando al cielo
La pasión entre paredes y palabras
Para libar la humedad de tus arenas blancas