Si el Ser es y es eterno,
Si somos la piedra de Parménides
y no el río de Heráclito,
No hay necesidad de
De estrangularnos y
Entrar en una jaula de oro.
Al Ser, no es preciso
Ensuciarlo con palabras
con buena o mala literatura
Llenarlo de categorías, de atributos,
De costumbres, de pliegues…
El Yo (la piedra)
es como un pájaro
que cuando nos acercamos a él,
vuela
que si queremos tocarlo
debemos herirlo
mutilarlo
o matarlo
¡Qué ese pájaro informe que es el Ser sea libre!
Que nuestra cara final, detrás de las infinitas mascaras
Perdure secreta y simple en la espera de su hora.
Ahora bien.
Si somos el río,
Si somos como una roca que resiste la brutal fuerza del río
Abracemos con vigor esta efímera verdad
de arena, nube, playa y nada.