No sé. Tal vez…
Entré a tu vida sin pedirte permiso,
me apoderé de tu aula,
anduve en el mismo parque,
caminé los mismos senderos
y cuando reposabas tu cabeza
en la almohada,
mandé a Morfeo al desempleo
y tus sueños fueron sólo para mí.
Mis palabras alzaron vuelo
y se anidaron en tu piel,
mis versos remontaron al viento
y se metieron en tu ser.
Ya no soy yo, ya no sos vos,
ahora somos los dos.
Fue mi boca la que se posó silenciosa
sobre tu pelo y mis manos
acariciaron tu cuello,
ya no fuiste más vos,
fui yo adentrándome en ti
y conociendo cada rincón de tu cuerpo,
de los destellos de tus ojos,
de tu sonrisa graciosa,
de tus manos de seda
y de la eterna primavera
que pusiste frente a mí.
¿Cómo te recorrí en plenitud
llegando a las profundidades de tu ser?
No lo sé. Tal vez…
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
8 de julio 2015