Guillermo Bustamante

Amor de carne y hueso

Amo el comunismo

 

Cuánto es ese amor

lo dirán cuando yo muera

con voracidad al menos complacida

los periódicos de la alta burguesía

 

Lo amo

como a mis pequeñas hijas

que en los rigores de su piel

albergan la ternura de una sonrisa limpia

sin preocuparse gran cosa por la vida

 

Lo amo

como a mi padre

quien se jubiló a la sombra de la casa

con el temor de perder la fuerza

en sus pupilas

y la sinceridad de sus manos prensiles

 

Lo amo

y no podría negarlo

como a la mujer

que en el fragor de un lavadero

de sueños en penumbra

piensa que en muchos lugares

se ha hecho ya un hecho incontestable

toda bondad de este vocablo

 

Amo el comunismo

como una vez con furia

guardé bajo la almohada

el sueño de una nueva

mañana

y me gustaba oír con platónica

reserva

el lenguaje frugal de los cubiertos

 

 

 

Amo el comunismo

No me es difícil repetirlo

cuanto es ese amor

                       lo dirán cuando yo muera

con satisfacción incluso descarada

en su página roja

los periódicos de la alta burguesía