Recogí varias líneas, de raíces olvidadas.
Las más viejas, y secas, estrofas, despobladas.
Fabriqué, mi propio nido... Mi Casa añorada.
Tejiendo, ilusiones con palabras, enredadas.
Al estilo inconfundible, del viejo oeste.
Desenfundé mi pluma, en dirección noroeste.
Nunca olvidaré su charro, calibre…
…Tan solo, cero, cinco milímetros posibles.
Mis ojos, saborearon, aquel audaz momento.
Quitando, la ansiedad, el polvo, el tormento.
Al final… de este, mi estilo, poco conservador,
No me quedó de otra, que subirme, al elevador.
Muchos queriendo lucir a la moda,
Quedan sin Beldad, y sin diosa.
A veces, hay que untarse…
Para gozarse la historia…
…Entonces, me torné, tinta…
Y pinta, el fin de mi historia.